miércoles, 5 de octubre de 2016

La manos de tu mundo

Primer suspiro
Soy tu eco en el silencio de esta casa matutina. Y mis lloros se camuflan en nocturnas sábanas donde todo parece ser fruto de los sueños en dónde alargo mi estancia para buscarte sin encontrare. 
Repito tus esquemas detrás de un ordenador, de un papel o de una plancha y me obligo a tener un desierto en los ojos del que luego me siento culpable. Te miro en las instantáneas y no te tengo ni un instante. Me parece mentira la mayor de las verdades. Observo tu juventud y siento la fortuna de no haberla visto envejecer. Pero otra vez el silencio sin ti me hace ruido en el corazón y me desbordan las pupilas...
No niego mi fortaleza, heredada de ti, sólo me acuso de no encerrarte en mi poesía. De no invocarte como inspiración. Será que aún la muerte me aterra y me hipnotiza al mismo tiempo llevándome a la inacción. Es  necesario hablarla para poder sentirla, es necesario sentirla para poder vivir.
Se me queda imperfecto el te echo de menos. Injusto el te necesito. Y al mismo tiempo es lo único que se descifrar de este dolor..
Y te se escribir ahora cuando acucia este desconsuelo, justo en el momento en el que cambia el reloj de mi tiempo. Por que ahora empieza la segunda parte de mi vida. Esa en la que no estás al otro lado de mis ojos pero te has hecho parte de mi piel...

Llanto ligero
Rodeada de mujeres encerrada en el silencio de este hogar luminoso que guarda la vida al otro lado del cristal. El hierro frío sobre una mesa de dos patas junto a los jirones de unas sábanas arrugadas de hospital. Curioso eso de limpiar con aquello que nos arropa en el lugar más frío del mundo, donde se te quedó la piel inerte. Y yo desde aquí descubro a esas mujeres impregnadas en las letras de este libro en blanco y negro, mientras te siento sin sentirte. Y tu allí al otro lado del azul con la oportunidad de conocerlas ahora que tu tampoco eres...
Unas flores secas,
un diente de León sobre pizarra,
ruido que no se oye más que el sonar del tiempo en un reloj...
¿Me inspirarás para quererte en este llanto? ¿Encontraré tu fuerza en esta soledad?   Los referentes nos ayudan en la vida y a los artistas nos ayudan a crear...¿Qué hacer sin tus consejos cada día? Aquellos que a veces siento que no supe apreciar... ¿ Qué hacer ahora que terminan mis días del último año en que te tuve con vida?...

...Escribir con la idea de sanar...

Creación
Y leo sobre el papel "es difícil saber por que alguien muere a destiempo" y cierro el libro y me pongo a escribir. Y te recuerdo haciendo eco de esas palabras, te recuerdo prestandoles atención y me recuerdo sonreír el corazón al verme reflejada en ese gesto.
En mi estantería un libro lleno de polvo que me habla de perlas y de como se escriben los libros, en mi recuerdo tus manos creativas dándomelo envuelto en un papel y en mi bandeja de entrada un auto-mensaje titulado a destiempo de hace tres veranos de hoy...
Me hablas aún en tus palabras inquietas, te escucho en el sonido de un pájaro de papel, me niego a no aprenderte de memoria y buceare lo que haga falta en  mis recuerdos para seguir atendiendo a tus saberes más allá del tiempo...Y algún día no muy lejos de este instante escribiré lo que se ha quedado congelado en mi correo para poder traerte al hoy.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Otro otoño sin Berlín

Ya ha llegado el otoño con toda su pena a cuestas. Aun tímido en el cielo se va adentrando en mis aguas insondables. Me va llenando de hojas marchitas. Ya llegan los anhelos mezclados con nostalgia. Las tardes de sofá y mantita. Los requiebros abrigados en desvelos... Y es que este es otro otoño sin Berlín. Lo vaticina una película norteña. Y entretanto y entretiempo: la inmensidad de sus ojos planetarios de mundos paralelos en los que una decide quedarse a vivir.

Él, tácito y despreocupado. Llenado sus horas de ensamblajes de corazón y códigos indescifrables de entereza. Él, invisible y esencial como decía un pequeño príncipe francés.  Él, devoto de palabras que nunca había dicho, aguarda con vehemencia y con fervor deslizarse entre las letras anidadas en mi pelo.

Hasta aquí:
(Desdibujo mis creencias y me adentro en ti, con el miedo como escudo.  Mientras, tú , mostrándome la nimiedad de la vida. Yo entreteniéndome en la ambigüedad. Tu, de nuevo, infatigable, tendiéndome la mano hacia el amor. Yo desordenando sentimientos, advirtiendo mi vorágine e impregnándome de caos. Tú, conociendo la derrota y descubriendo el eco de los sollozos)

             Y tras tanto, el tiempo dejándose coser,inmortalizando el renacer del sol y perpetuando la felicidad.

A partir de aquí:
Otro otoño más, para disfrutar de todo lo bonito que no se puede escribir, de todo lo que se dice más allá de las palabras. Otro otoño más de tés y cafés, de mirarse y no hablar, de tocarse y sentir, de conquistar. Otro Otoño de amarillos , naranjas y marrones, de la vida y sus colores, de tus ansias y temores. Otro Otoño sin Berlín, Otro Otoño en tu Madrid.

Este Otoño es para tí

jueves, 4 de junio de 2015

He nacido de nuevo

Otra vez un pájaro y encima muerto, y una niña azul y la soledad marcando una vida. Otra vez todos esos ecos resonando en mi cuerpo, levantando la escena. Otra vez esa sensación de precipicio como de un mal sueño, otra vez esa poesía, esa indefensión. Primero Julia, después Aline, ahora Berenice... Mujeres preciosas, mujeres niñas, mujeres pájaro, mujeres rotas. Y sus raíces ancladas a mi cuerpo, dándome alas, llenándome el alma. 

A vosotras que me enseñáis hablar en nombre propio y por derecho os dirijo ahora estas palabras en estilo directo que es como siempre me ha gustado hablar. Vosotras que solo existís si yo os invoco entre bambalinas, vosotras que emocionáis a quien se encuentra al otro lado de los focos, vosotras sois las mujeres que me hacéis un poco más mujer, mejor persona y mayor artista. Vosotras no existís sin mi, yo no existo sin vosotras. 

Temía que esto pudiera pasar... echaros de menos, sin tan siquiera haberos mirado a los ojos. Por que una vez aprendí a amar más allá del tiempo, hoy aprendo a hacerlo más allá de lo real. Por que la ficción es donde paso gran parte de mi vida y es allí donde quiero pasar gran parte de mi muerte.

"¿Quiere que mezclemos sus cenizas con la tinta con la que van a imprimir el libro?"

jueves, 8 de enero de 2015

En cuestión de minutos

Hace tiempo que me he abandonado a mi misma, que voy huyendo de mi. Y la verdad: Me va  genial. Pero de cuando en cuando reaparezco con el Let it be tatuado en mi cabeza (eso siempre), aunque como de costumbre no haciéndome ni puto caso.

Digamos que lo extirpé de mi garganta hace ya algunos meses, anestesiada hasta la médula, claro está, para no sufrir. Aunque el efecto dura apenas unas horas. Y de pronto, zas, ahí está ; una ventana hasta un pantano, en un día como el de  hace 3 años...y todo de pronto ante mis ojos sin yo asomarme, lo juro. Su mundo dando de ostias contra el mio, calándome los huesos. Y ahora ENTIENDO, claro, no podía ser de otra manera. Por eso su intermitencia y la sequedad en su sentimentalismo. La vida puta, vaya. Y es que la verdad que en realidad todo va bien. Sonrío casi a cada hora. Beso hasta quedarme sin aliento. Corro y grito cuando lo siento y casi siempre de felicidad, no nos engañemos.  Buceo entre el arte que me agarra las entrañas y no me ahogo... y mis otros yo me envidian.

Pero Edipo se arrancó los ojos y Hamlet acabó muerto. La verdad solo puede hacer eso, y yo cada vez que entiendo, que encuentro una explicación a mis desvelos, me entran unas ganas locas de desaparecer, pero este amor propio que me he ido regando a cada llanto se niega a dejarme bajo tierra. Así que así estamos...escribiendo para no llorar y llorando para no morir.

sábado, 11 de octubre de 2014

Cartas a Julieta

No, no me refiero a esa película fácil de estética barata que recomiendas ver bajo una manta y acompañada de alguien con el que desearía no hacer nada más que vivir ese ahora del que hablas.

Esto más bien va #sobretí...pero ahora NO es ahora. Es necesario un día de resaca, este teatro no es apto para melancólicos. Probablemente hay una explicación científica a...

la sal que se desprende de mis ojos,
                                   a borbotones,

                                                                    en cascada,
                        inevitable,
                                 precipitada...

como fuegos artificiales de agua que explotan y se deshacen....

Es posible que exista, pero yo no se la encuentro. No es mi reacción normal ante las cosas que me gustan, aunque sea emocionalmente compleja y sensible. A menudo me reservo el llanto para una soledad más intima, pero a decir verdad...no he podido evitarlo. Normal si se entiende que has segregado todas esas sustancias químicas en mi piel que no me dejaron articular palabra y que hicieron que me enamoraras desde el patio de butacas. 

Julieta se ha dejado asomar varias veces sobre este mundo paralelo, he incluso he acusado al mundo de habérmela asesinado. Pero ayer, en esa frontera a pie de micro, comprendí ese suicidio en vivo también en mi piel. No, ayer no fui Romeo, no me dejaste más opción que ser tu Julieta, por que te regalabas de una forma tan íntima que era imposible no ser tú. No identificarse, no comprenderte, no vivenciarte. Tu Julieta estuvo viva aun después de su muerte y eso es eterno... que digo eterno, eso dura eones.

Pero no es solo eso... es como salirse del tiempo, Rosa Montero en su libro "la ridícula idea de no volver a verte" dice algo acerca de la vida y la muerte que puede asimilarse a lo que ayer nos hiciste sentir...

"Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina. Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible. Nunca se siente uno tan autentico como bordeando esas fronteras biológicas: tienes una clara conciencia de estar viviendo algo muy grande(...) No todo es horrible en la muerte, aunque parezca mentira"

Tener una clara conciencia de estar viviendo algo muy grande...algo así, si. Y en fin...sería una ridícula idea no volver a verte...



          

lunes, 18 de agosto de 2014

Apología a la franqueza

Perdona si te interrumpo en mitad de un sueño, en mitad de un polvo o en mitad de la vida. 
Perdona si atormento mis noches intempestivas.
Perdona si asalto a la locura y me refugio en el pestañeo de tus ojos vacilantes. 
Perdona si me creo ese respiro anticiclónico o la madre que ha engendrado un recuerdo capturado entrecomillas. 
Perdona si me precipito a un futuro inexistente en un agosto de rebecas y tierras no costeras. 
Perdona... si acaso eso me diera la libertad de siquiera oír tu nombre y no sentir como suena mi esqueleto al deshacerse  

sábado, 31 de mayo de 2014

De ceros y unos

Eres de esos que casi no conoce nadie...inasequible al desaliento, así os catalogan (como si fueseis muchos). A decir verdad no te creo valiente, más bien como un jodido loco. Es cierto que aún no se mucho de ti y, probablemente, seré analfabeta del abecedario de tu fuerza, pero es precisamente ahí donde encuentro esa felicidad de la que hablan los ignorantes.
 No sé como has cosido tus hilos, ni como has construido ese equilibrio que te permite preservar tu pureza y alejarla de la podredumbre del mundo, para regalármela en cada sonrisa. Esa inocencia y optimismo con fecha de caducidad cerca de la adolescencia, esa que tu has sabido envolver con tu madurez, sin dejar que la engulla. Supongo que será uno de esos idiomas tuyos  de combinación de ceros y unos, de los que se suponen que carecen de valor , que hace indescifrable el misterio de tu magnetismo. 
O será que te quiero y ya está.