jueves, 24 de octubre de 2013

Y por fin la lluvia

  
  Y yo empapada desde los meses de estío. Disimulando sequedad para no levantar sospecha, disimulando a cada minuto, en mitad de los autobuses, en mitad de las calles, en mitad de la gente. Porque hay mundos infinitos en esos contactos piel con piel, que nunca son solo eso, porque se escapan a mi entendimiento y por qué son universos en los que sólo hay sitio para dos personas. Y así estoy yo, arrancándome las costras de nuevo, volviendo a hacer brotar su sangre, volviéndose a hacer herida, hasta que se quede la marca tatuada en mi piel. Por que la piel es débil y cederá siempre a nuestros impulsos, por que recuerda más allá del tiempo, por que goza más allá de ella misma, por eso hablo desde la compasión y desde el miedo a ella. Y hablo desde mis silencios, todos esos que son menos de los que no lo son, pero que al ser menos pesan más, por ser escaso. Porque yo como los personajes de teatro no hablo si no es porque tengo algo que decir, aunque la palabra sea un fracaso.  Pero es la primera vez que decido ahondar en la herida, escupir sangrantemente lo que vendrá conmigo mucho tiempo, es por primera vez que hablo claro, aunque todo parezca tan oscuro. Aunque ni tu puedas entenderme, aunque quizás ni yo misma me entienda algún día. Y mientras tanto Julieta tan cerca de Granada como de Nueva york me viene ahora a decirme lo que yo ya venía sabiendo, pero es Julieta quien lo dice esta vez y a ella todo el mundo la entiende: 

"Basta. No quiero oírte más, ¿Para qué quieres llevarme? Es el engaño la palabra del amor, el espejo roto, el paso en el agua. Después me dejarías en el sepulcro otra vez, como todos hacen tratando de convencer a los que escuchan de que el verdadero amor es imposible. Ya estoy cansada y me levanto a pedir auxilio para arrojar de mi sepulcro a los que teorizan sobre mi corazón y a los que me abren la boca con pequeñas pinzas de mármol"

Y aun ansío esas lluvias interminables que lo innundan todo y esconden un sol más luminoso y nuevo. Aun ansío que la lluvia me arrope más que el sol, o que me arrastre lejos. Por que ya no se que hacer con tantos miedos...

miércoles, 21 de agosto de 2013

Hoy, como todo los días

Desde entonces mis días amanecen más pronto y mis noches son más noches y más tiempo. Han asesinado a mi inocencia y se ha perdido mi Julieta interior. Ahora ando sin una pierna, pero no necesito muletas, sólo que levantarse cuesta más, pero lo cierto es que casi nunca me siento, no me gusta como se ve el mundo desde allí abajo. Y acostumbro a agarrarme a mi escudo de algodón aun incluso fuera de mi cama. Me escuece el amor. Y ando repleta de taras. Mi carta de presentación hace tiempo que dejó de parecerse a una sonrisa valiente y mi piel tiene más callos para dejar de ser tan débil. Pero hoy, como todos los días, ha salido el sol y no hay nubes en el cielo. Y os tengo a vosotros y la ciudad parece en calma. Además es Agosto y las obligaciones andan lejos. No tengo nada de lo que pueda quejarme, de hecho el día me empuja a lo contrario. Pero aun tengo mil cosas pendientes por encima de mis ojos y tengo que ocupar un desahucio, con el que aun no me acostumbro a vivir, justo debajo de mis labios. Por eso que no encuentro mi sonrisa más que en las fotos, por eso que hoy por primera vez no me gusta ser valiente. 

domingo, 7 de julio de 2013

Salvavidas


... por que tiene más valor aprender a volar cuando no se tienen alas ...


Desconozco los límites de la desesperación, y reconozco flaquear cuando se trata de aguantarme...pero una vez oí a alguien que estar deprimido es mucho más fácil que ser feliz...para ser feliz hay que esforzarse... y tanto. Siempre he elegido estar del lado de los valientes, de los que hacen, de los que si se quejan es por que tienen un motivo. Obvio que no soy ninguna heroína y no siempre conseguimos lo que pretendemos de nosotros mismos. Volver a tus raíces, a tu causa motriz es como darle al pause en tu vida para poder retomarla con otra energía potenciadora...y yo he vuelto allí tantas veces... Asumo las taras y los defectos enredados en mi pelo, reconozco desconocer la constelación de lunares que se agrupa en mi espalda y confieso que me cuesta más ir por el camino fácil...pero para eso están los salvavidas...y yo tengo los suficientes como para sobrevivir a mi misma. Y allí en medio de mi oleaje, justo cuando mi mar se confundía con mi cielo, a punto de ser engullida por la oscuridad...allí aprendí a nadar y mantenerme a flote. Y mientras las coordenadas de mis ojos se han perdido y ya no se si ven a la altura de los tuyos, buceo entre mis algas para nutrirme de alguna sonrisa. Hoy el verano me baña la sangre,por que aun estoy hecha de muchas cosas buenas que ni yo misma sé, que ni tu aún adviertes. Por que aun no he aprendido a abandonarme el corazón, y en mi orilla renacen nuevas olas, por eso pienso amar hasta quedarme sin alma y por eso precisamente seré amada.



jueves, 30 de mayo de 2013

Iceberg

-Y mira que me visto con sonrisas que no son de imitación (ni la tienen) y sobrevivo a base de resquicios de positivismo olvidados en un helado, o en planes de cinco segundos en batallón... mira que poseo la fuerza suficiente para compensar siempre mi balanza y que me he hecho experta en ignorarme y engañarme con sobredosis de ocupación... Pero debe ser que el frío helador de este invierno, ha hecho más consistente este iceberg del que solo asoma una octava parte y los augurios de ausencia de verano no pronostican un mar en calma.    Y no paran de brotar las ganas de llorar. Sólo tú podías construir algo tan solido en mitad de la marea, y quizás por eso siempre tuviste tanto respeto al agua..ahora entiendo por que te doy miedo, si soy capaz de darle vida a la vida y tragármela en un instante...Entonces debo haber muerto ya y todavía no me he dado cuenta...Se supone que el hielo anestesia, que dejas de sentir, que ahí dentro de ese bloque compacto no puede crecer ningún sentimiento. Pero el frío solo congela los primeros minutos, luego, a las horas, a los días, a los meses... el hielo quema, arde, abrasa...por eso no va a derretirse.. Siempre me ha faltado fuerza para hablar de mi misma, yo me ahogo de solo pensarlo, no puedo hablarte de quien soy o que siento, no puedo ser tan transparente en palabras escritas con este telón de fondo, por eso siempre te faltarán las otras siete partes de este iceberg...siete...- acertó a decir ella

sábado, 27 de abril de 2013

Alguien Nada Absurdo

" ¿Qué pasa cuando se abrazan el amor y la muerte? ¿ Se muere el amor? ¿o se enamora la muerte? Tal vez la muerte moriría enamorada  y el amor amaría hasta la muerte"

Sus ojos se atraparon entre estas palabras encontradas por azar que extrañamente parecían estar esperándola. Era una romántica, lo había reconocido cientos de veces, por eso estas frases que filosofaban  acerca del amor siempre le cosían las asperezas en los días grises. Ella era la mujer de la sonrisa, se la había tatuado hasta en las pestañas, verla te llenaba de luz aunque el sol ya se hubiese ido. Y yo la miraba tiritar todas las noches muy cerca de la luna. Con la inteligencia de un hoyuelo de mejilla, que cede el protagonismo de su belleza a una boca feliz, ella se escondía tras un cuerpo pequeño y un nombre de tres letras. Y así, desde lo diminuto hacía firmamentos infinitos de todo lo que estaba a su alrededor. No podéis imaginar con que fuerza te calaba hasta los huesos, con sólo ser una gota de agua. Y yo me empapaba hasta en los agostos madrileños, cada vez que me encontraba con su risa. De vez en poco se agarraba a la madera de seis cuerdas y se nos regalaba con su voz. Y yo la recuerdo desde el minuto uno, con su lunar y su pelo revuelto, aquel del que un día decidió desprenderse. Pero ahí estaba su sonrisa intacta, por mucho que se empeñaran en arrastrarla a la resignación, por mucho que le robaran las ganas, y le consumieran la energía. ¿Y por qué no?, a veces una estrella podía declararse en pie de guerra y protestar, rebelarse contra todo el firmamento si hacía falta y esconderse tras una nube.Pero por muchos intentos que hiciera, aún seguiría brillando, aún detrás de aquella nube su luz sería inmensa. Por eso, cuando se me olvida alguna alegría entre los costados,cuando me pierdo entre tinieblas profundas...la encuentro resplandeciente desde lo alto guiñándome con su alegría. Y siempre me quedarán millones de seis de julios a su lado, al menos yo me empeñaré en esas huidas de a dos que te llenan el alma y te enseñan la vida que no se encuentra más que al final de una cerveza prolongada que sirve de escusa para atarse a la verdad. Por que aún con los años que le tachan de inexperta,  siempre tiene ese algo del que todos deberíamos aprender...ese algo que consiste en seguir brillando aun detrás de una tormenta. 

Y yo moriría enamorada y la amaría hasta la muerte. 

martes, 23 de abril de 2013

( )eso...

Aún les quedaba el eco entre las costuras...A penas sí habían amanecido de un ojo, cada uno en la cama equivocada. Del otro lado del colchón, con los calcetines por las esquinas. Él desde sus vientos, ella desde sus almohadas. El sol volvía hacer de las suyas, anunciando un nuevo mañana. Ella rodeada de focos y de palabras de corta y pega y él rodeado de notas que no le pertenecían. Las palabras de vidas ajenas, de historias paralelas y pasados pisados, escocían entre las ganas. Y entre tanto se arrugaban las palabras de rabia, como se arrugan los papeles impregnados de frases destartaladas, huérfanas de amor, incrustadas entre tachones que ocultan su verdadera esencia. Pero entre tanto, las ganas tomaban protagonismo y maquiavélicas decidían por inercia lo que el subconsciente más consciente andaba pidiendo a gritos.

Y volvían a ellos entre las luces que decoraban unas canciones con sabor a juventud añeja. Ella vestida de extrañeza, pero más guapa que nunca, con la belleza recogida en una coleta y los ojos y los labios al descubierto, sin protección. Él, conservando su esencia sin aderezos, se le salían por los ojos, se le caían de los labios y se le incrustaba en la piel todo lo bonito que era.

Y así, exentos de decisiones, ahuyentaban las preguntas sin respuesta e improvisaban otras formas de ser juntos. A ella le sobraban las cervezas por tener el estómago lleno ya, de otro sabor. Y tras dar en la diana, se montaron en las cosquillas. De pronto, habiendo olvidado como habían llegado hasta allí, ante la cristalera panorámica que les invitaba a cambiar de sentido la vista, uniendo sus direcciones en un sólo punto, empezaban a manejar los hilos. Él le invitaba a ser búho de nuevo, por una noche y ella colocaba sus piernas en la postura equivocada.

Desprendida de toda seguridad, empezaba a desvirgarse de sentimientos de tapadera, que lanzaba al aire por si alguna vez tenia que agarrarse a ellos. Mientras él alegaba un discurso más propio de después, pero que retrataba lo necesario: la no promesa que prometía más que nunca. Ella desde su asiento masticaba las palabras de él y llenaba de inquietud su estómago que llegaba hasta su garganta. Ante la mudez repentina, el abrazo era lo inevitable, la escusa perfecta para acortar distancias. Y una vez allí, la separación de dos milímetros, lo justo para poder mirarse por dentro. Sus ojos ya estaban en los del otro, ahora sólo faltaban sus labios. Y entonces ella, que le había invitado a lo valiente, y él que había luchado contra su silencio...se hacían uno. Besándose el alma, dejando salir el corazón por la boca, amando cada mordisco, adorando ese sabor, sintiendo esa piel, cargándose de nervios, volcándose las ganas, llamando a la esperanza, bebiéndose sus vidas. Allí, en mitad de la noche de un mes que se auguraba precioso. De una primavera más alterada que nunca. Allí volvían a ser en secreto, dejándose las impurezas y las taras al otro lado de la puerta, haciendo eclipsar sus lunas. Siendo sin final el mar eterno de un beso. El más bonito que habían probado nunca. Y volverían allí mil veces, dejándose arrastrar a la inmensidad de su eco.

lunes, 22 de abril de 2013

Confieso


Me cantas al oído en medio de la calle sin dejarnos espiar. Sólo de vez en cuando se me cae el secreto en alguna sonrisa. Me aíslas del mundo con sólo tu voz. Y nos hacemos nuestros ahora justo que el tu y el yo empezaban a ser más puros que nunca. Me llevas a sitios que ya no existen y yo aprendo a ser ciega para dejarme guiar. Me he olvidado los ojos al otro lado de mis párpados. Ahora ya sólo sé escuchar. Y he enmudecido tres años para viajar allí dónde las palabras se dibujan sobre cinco líneas que no todos pueden cantar. Te agarras a mis cuerdas y se me acaban las palabras. Ando sobre zapatos que no son míos y aprendo a disimular por si acaso echas alas.



domingo, 24 de marzo de 2013

Una historia sin final que no habla de ti

Se lo había dejado caer cientos de veces, como se deja caer el pelo sobre la almohada, la tapa del retrete después de mear y los buenos días en los ascensores. Así, de manera casi abstracta o como de costumbre  rozando la inercia. Se lo había dicho con palabras desnudas, con silencios cargados, con miradas permeables y su tacto resbaladizo. Pero él no comprendía, él no acertaba a entender. Si se hubiese asomado con un único ojo a todo lo que allí dentro se construía, si tan solo lo hubiese olido de lejos, entonces si que tendría miedo, si que sabría que eran esas cinco letras juntas. Pero lo cierto es que él ya había decidido al margen de todo eso. Y ella se asesinaba con premeditación y alevosía se instalaba en la locura y se lanzaba a la contingencia. Había decidido engendrar lo que solo los sanos se atrevían, y lo hacía con todas las consecuencias que implicaban la palabra "volver". Ella repleta de taras y desperfectos que se le habían pegado de tanto rodar por el suelo, se atrevía más que nunca. ¿Y si así es como funcionaba todo...por qué no podía seguir dando vueltas y llegar a su esencia, a su raíz, a su causa motriz?  Pero él no comprendía, él con sus taras y sus diaclasas menos profundas, con sus carencias...había decidido que eso que no tenía, no le faltaba. Él se alejaba de la contingencia y huía con sus verdes para naufragar en otra orilla...

domingo, 24 de febrero de 2013

Vientos del epicentro

Mientras me dejo transitar por veredas de ganado, sucias de pena e ingratitud, te encuentro en tu refugio intacto, cosido al eco de tu risa. Se me salen por los ojos las palabras improcedentes, se me nota en la piel lo que se edifica en mi mente. Me invade el sonido de una costumbre lejana. Y por momentos me parece verme aprendiendo lo que ya sabía pero  había olvidado. Suena tu nombre en un coche de las 3 de la mañana. Oigo tu música en mi almohada. Le piso los talones a la prisa, me lleno de emociones  y  sonrisas. Y ahora que me aprieta la curiosidad, elijo no saber más de la cuenta. Empiezo sin dejarlo terminar, me puede el miedo a fracasar. Apenas me he asomado a ese abismo, y me parece estar ya viviendo en él. Prefiero no ser dueña del destino, veremos quien puede con quien.



domingo, 17 de febrero de 2013

Otneuc, Ese lugar

Hubo una vez, en algún lugar de adoquines mojados, un hombre de guitarra ajena que me hizo metáfora.


Hubo una vez, en algún lugar de noche eterna, que un gato dijo de mí que era una bolsa de basura, y yo lo tuve que tomar por halago y también tuve que robarle tres besos en la puerta de una casa que le engullía.



Hubo una vez, en algún lugar dominado de decibelios egocéntricos, que unas manos se colaron en mi cuerpo queriendo coleccionar mi tacto en cada uno de sus dedos.



Hubo una vez, en algún lugar de navegantes a la deriva, que aquel hombre, aquel gato y aquellas manos no me pertenecían, y se convertían en placas de polaridad inversa que me repelían.



Hubo una vez, en algún lugar de montañas de tela y de camas vacías, que yo me despertaba de un sueño que había sido real, y me declaraba cleptómana de afectos impropios, de besos de cerveza y abrazos de frío fingido, de miradas traviesas que acortan distancias y de dedos inquietos que provocan lo que no son simples cosquillas.



Hubo una vez, en algún lugar de escondites virtuales, en que yo, ese hombre, ese gato y esas manos éramos por una vez y en secreto.

sábado, 16 de febrero de 2013

Julie in February

  
  Un vaso de leche fría en una taza manchada de té, rodeado de pañuelos arrugados que no han sido aprovechados del todo. Pastillas y vaselina. Una estampa de resaca con la luz aun por dilatarse. Un reloj que se equivoca de hora o unos ojos que desean que lo haga. Pero no nos engañemos, Ella es la culpable. Ella; caballo desbocado y salvaje, serpiente inofensiva, pájaro herido. Ella es la culpable de que mi reloj se equivoque, del caos de mi mesa y el malestar en mi cuerpo.

Se ha colado dentro de mí, como un vendaval que sopla del Sur con tendencia al Oeste. Ella es anarquía. Un contrasentido, una paradoja, una perversión...especialmente esto último. Solo Ella se atreve a salir en un  mes que no le corresponde, un mes bisiesto, bi, claro. Bi...polar. Viste de amarillo aunque sea en un escenario,como no, ella y su perversión. Pero tengo que comprarle unos zapatos, aunque al final caminará descalza, para ver si el vino la riega y le deja echar raíces, tocar el suelo y hundirse en la tierra.

Como no me he dado cuenta antes, ese señor misógino con otro nombre de mes de verano, lo había puesto en su boca, lo que no paraban de repetirme... el centro, busca tu centro por que "no puedo seguir sujetándome ahí arriba". Ella es una dicotomía...especialmente esto último. Por eso ella soy yo y no lo soy, pero al mismo tiempo es otra que tampoco es, y es Ella sin saber serlo. Nos lo venía avisando, Ella no es nada fácil. Es un tour de force.  Ella es lo que no se ve, pero que está ahí. 

Ella es muy extraña, pero usted también lo es y además todo es extraño, la vida, las personas, todo...






domingo, 3 de febrero de 2013

suicidio en vivo

Me desvisto de mis ojos y mis labios. 

Esta noche, estoy decidida a morir. Hay un huracán en el centro de mi ombligo, que está más arriba de dónde realmente está el surco de mi piel. Tengo un lunar nuevo en el cuerpo.   Soy un poco más de muchas cosas que nunca había sido, y he dejado de ser un poco menos de lo que estaba siendo. Voy a empezar a dejar de hablar de mi, por que aun no me conozco del todo. Hay un hueco en mi estomago que no se sacia con comida. No quiero devorar, quiero degustar, pero a veces las ansias me pueden. Estoy al borde de un abismo. Existen muchas probabilidades en mi ser. Soy mi edad:  parezco equilibrada* ponderada, prudente, sensata, ecuánime, armónica,mesurada, medida, estable, proporcionada, cuerda, ordenada...

realmente soy, lo que estoy a punto de ser. Pero no lo soy, por que todo es relativo, y yo me inundo de relatividad a cada paso. Me confundo entre las sábanas: las mías y las otras. 

Allí donde cierro los ojos y me dejo los labios.

lunes, 14 de enero de 2013

Duele

Desprendete de mi como yo me he resbalado de tus ojos.
Has bloqueado mi existencia pero tiras de todos mis hilos.
Aunque fuese ciega aun podría verte,
"aunque estés callado no eres silencio"
A mil pasos de mi, pero incrustado en mi piel.
Voy a hacerme herida el corazón para que la costra quite tu sombra.
Eres yaga en mi lengua, dolor en mi muela, angina en mi pecho.
Eres inestabilidad y desequilibrio.
Eres lo que nunca has sido, para seguir siendo en mi.
No te pareces a la nada, mi cuerpo no puede ignorarte.
No resbalas ni te invisibilizas.
No sales pero tampoco entras.
Has dejado de ser victoria para convertirte en derrota.
No has aprendido a pasar desapercibido.
Desprendete de mi como yo me he resbalado de tus ojos.