domingo, 24 de febrero de 2013

Vientos del epicentro

Mientras me dejo transitar por veredas de ganado, sucias de pena e ingratitud, te encuentro en tu refugio intacto, cosido al eco de tu risa. Se me salen por los ojos las palabras improcedentes, se me nota en la piel lo que se edifica en mi mente. Me invade el sonido de una costumbre lejana. Y por momentos me parece verme aprendiendo lo que ya sabía pero  había olvidado. Suena tu nombre en un coche de las 3 de la mañana. Oigo tu música en mi almohada. Le piso los talones a la prisa, me lleno de emociones  y  sonrisas. Y ahora que me aprieta la curiosidad, elijo no saber más de la cuenta. Empiezo sin dejarlo terminar, me puede el miedo a fracasar. Apenas me he asomado a ese abismo, y me parece estar ya viviendo en él. Prefiero no ser dueña del destino, veremos quien puede con quien.



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