miércoles, 21 de agosto de 2013

Hoy, como todo los días

Desde entonces mis días amanecen más pronto y mis noches son más noches y más tiempo. Han asesinado a mi inocencia y se ha perdido mi Julieta interior. Ahora ando sin una pierna, pero no necesito muletas, sólo que levantarse cuesta más, pero lo cierto es que casi nunca me siento, no me gusta como se ve el mundo desde allí abajo. Y acostumbro a agarrarme a mi escudo de algodón aun incluso fuera de mi cama. Me escuece el amor. Y ando repleta de taras. Mi carta de presentación hace tiempo que dejó de parecerse a una sonrisa valiente y mi piel tiene más callos para dejar de ser tan débil. Pero hoy, como todos los días, ha salido el sol y no hay nubes en el cielo. Y os tengo a vosotros y la ciudad parece en calma. Además es Agosto y las obligaciones andan lejos. No tengo nada de lo que pueda quejarme, de hecho el día me empuja a lo contrario. Pero aun tengo mil cosas pendientes por encima de mis ojos y tengo que ocupar un desahucio, con el que aun no me acostumbro a vivir, justo debajo de mis labios. Por eso que no encuentro mi sonrisa más que en las fotos, por eso que hoy por primera vez no me gusta ser valiente.