lunes, 18 de agosto de 2014

Apología a la franqueza

Perdona si te interrumpo en mitad de un sueño, en mitad de un polvo o en mitad de la vida. 
Perdona si atormento mis noches intempestivas.
Perdona si asalto a la locura y me refugio en el pestañeo de tus ojos vacilantes. 
Perdona si me creo ese respiro anticiclónico o la madre que ha engendrado un recuerdo capturado entrecomillas. 
Perdona si me precipito a un futuro inexistente en un agosto de rebecas y tierras no costeras. 
Perdona... si acaso eso me diera la libertad de siquiera oír tu nombre y no sentir como suena mi esqueleto al deshacerse