lunes, 22 de abril de 2013

Confieso


Me cantas al oído en medio de la calle sin dejarnos espiar. Sólo de vez en cuando se me cae el secreto en alguna sonrisa. Me aíslas del mundo con sólo tu voz. Y nos hacemos nuestros ahora justo que el tu y el yo empezaban a ser más puros que nunca. Me llevas a sitios que ya no existen y yo aprendo a ser ciega para dejarme guiar. Me he olvidado los ojos al otro lado de mis párpados. Ahora ya sólo sé escuchar. Y he enmudecido tres años para viajar allí dónde las palabras se dibujan sobre cinco líneas que no todos pueden cantar. Te agarras a mis cuerdas y se me acaban las palabras. Ando sobre zapatos que no son míos y aprendo a disimular por si acaso echas alas.



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